MANEJO
DE LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS
QUÉ ES LA ANSIEDAD
Al hablar de
ansiedad nos referimos a un estado de alerta que experimentamos ante
algo que percibimos como amenazante.
La ansiedad afecta
a la mente y al cuerpo. Surgen pensamientos desagradables del tipo
"estoy al borde de un ataque de nervios", sentimientos como
el miedo o angustia y reacciones corporales como sudoración,
temblor, tensión muscular, respiración agitada, nudo en el
estómago, sensación de ahogo, diarrea, etc., afectando a nuestro
comportamiento.
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LA ANSIEDAD COMO REACCIÓN NORMAL Y
SANA
La ansiedad es una
respuesta universal (todos los seres humanos la tenemos) y necesaria
para la supervivencia. Gracias a ella nuestro cuerpo se prepara para
la acción, respondiendo de manera rápida ante posibles amenzas
(detenernos cuando un coche nos pita al cruzar la calle sin mirar,
agarrarse fuertemente cuando estamos a gran altura, alejarnos cuando
hay un incendio o salir corriendo ante un animal peligroso).
En nuestra vida
diaria, una ansiedad moderada nos permite estar más concentrados y
motivados de manera que rendimos con más eficacia. Pensemos por
ejemplo en la preparación de un examen cercano, una entrevista de
trabajo, mantener una discusión, realizar gestiones que implican
hacer papeleo, resolver problemas inmediatos, etc.
CUANDO LA ANSIEDAD ES UN PROBLEMA
Se convierte en un
problema cundo se manifiesta de manera reiterada, con intensidad
elevada y de prolongada duración, cuando surge en momentos en los
que no hay peligro real (reacción desproporcionada) o si persiste
después de que la situación de estrés haya desaparecido.
En estas
circunstancias la ansiedad interfiere significtivamente en la vida de
la persona. Cuando la ansiedad es persistente tiene consecuencias:
a) Aumento de
pensamientos automáticos (del tipo "me encuentro mal",
"estoy enfermo", "algo terrible va a pasar",
etc.) que incrementan la ansiedad, creándose un círculo vicioso.
Asi mismo, comenzamos a anticipar la propia ansiedad. El pensar que
me voy a poner nervioso favorece que aparezca la ansiedad.
b) Evitamos
situaciones o personas. Por ejemplo, dejamos para más tarde tareas
que deberíamos hacer ahora, anulamos la cita con el médico,
evitamos coger el coche, etc. A pesar de que evitar algunas cosas
supone cierto alivio, no siempre es la solución. La sensación de
alivio es temporal, genera más preocupaciones sobre cómo resolver
el problema, nos pone más difícil volver a enfrentarnos a la
situación y progresivamente querremos evitar más cosas o
situaciones.
Todo ello hace que
se reduzca la confianza en nosotros mismos, de manera que nos resulta
difícil hacer cosas que antes nos resultaban sencillas y no
intentamos otras que pensamos que pueden resultarnos complicadas de
hacer.
EL PAPEL DE LA PSICOLOGÍA EN EL
ABORDAJE DE LA ANSIEDAD
Los profesionales de la Psicologia
realizan intervenciones específicas teniendo en cuenta las
características y necesidades de cada paciente. En el tratamiento
puede trabajarse exclusivamente los síntomas de ansiedad ,o bien
profundizar en los motivos que los causan.
Desde la Psicología
cognitivo-conductual se proporciona al paciente estrategias de manejo
de los síntomas, a través del entrenamiento en técnicas de
relajación, de control de pensamientos o preocupaciones
(distracción, reestructuración cognitiva, parada de pensamiento,
autoinstrucciones, etc.), el planteamiento de objetivos (retos) con
exposición o el manejo de sensaciones de angustia o de pérdida de
control.
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