En
la actualidad, multitud de docentes comentan que sus alumnos/as no
han entendido o no saben plasmar en un examen los contenidos tratados
en clase. Tradicionalmente, se consideraba que aprobar un examen del
colegio o el instituto exigía pasar muchas horas leyendo una y otra
vez el tema hasta saberlo de memoria para poder repetirlo “como un
loro” el día de la prueba.
Un/a
alumno/a superará con éxito un examen si ha comprendido los
contenidos y es capaz de expresarlos adecuadamente, sin necesidad de
hacerlo de forma literal.
Para conseguirlo, no se trata de estudiar mucho, sino de estudiar
bien, es decir, tener un método
de estudio que nos permita
sacar el máximo rendimiento de nuestras capacidades y que nos
proporcione estrategias para poder comprender y recordar lo más
importante de la materia.
Cómo
aprender un tema
Los profesionales de
la psicología y educación coinciden en que un buen método de
estudio se basa en el seguimiento de unos pasos concretos:
Lectura inicial:
se trata de conseguir una primera impresión de lo que se va a
estudiar intentando buscar de qué trata el texto y qué partes
tiene. No debe superar 5-10 minutos.
Lectura:
debe ser pausada, para comprender las ideas de cada párrafo. Debemos
releer varias veces lo que no comprendamos, haciendo uso del
diccionario para aquellas palabras que no conocemos.
Subrayado
de las palabras clave (nunca oraciones completas). Se pueden hacer
anotaciones al margen que ayuden a entender la estructura del texto
(qué partes tiene).
Organizadores
gráficos: son sistemas
visuales donde las palabras clave del subrayado se relacionan
ordenadas y jerarquizadas gráficamente. De esta forma, el lugar que
ocupan en el papel determina la importancia de las ideas. Se pueden
usar llaves, flechas, símbolos, números, etc.
Resumen:
es escribir a nuestra manera lo que hemos subrayado y organizado
previamente. Para hacerlo, podemos partir del organizador gráfico y
“rellenarlo” con nuestras propias palabras de manera que creemos un
pequeño texto. Nuestro resumen no debe superar el 30% del texto
original.
Memorización. Una
vez que la información ha sido comprendida y transformada, no
resultará difícil memorizarla. En el resumen es
recomendable ir párrafo a párrafo, asegurándonos de haber
aprendido bien uno antes de pasar al siguiente. En el caso de los
organizadores gráficos debemos seguir la jerarquía que hemos
establecido, partiendo de las ideas generales.
Revisiones
periódicas: Se estima que
durante las primeras 24 horas podemos olvidar hasta un 80% de la
información memorizada, dependiendo del método utilizado. Para no
desaprovechar nuestro trabajo debemos realizar repasos antes del
examen. Por otro lado, es útil hacer simulacros de exámenes como
una forma de prepararnos para la prueba (cuánto tiempo necesito para
cada pregunta, cómo ordenar las ideas que quiero plasmar, etc).
Verónica Lamadrid
Psicóloga Especialista en Intervención en Dificultades del Aprendizaje
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