PREVENCIÓN DEL DETERIORO DE LA MEMORIA (1)
Qué es la memoria
La
memoria es un proceso mental imprescindible para el aprendizaje, ya
que se encarga de codificar, modificar y recuperar los hechos,
experiencias, pensamientos, sensaciones, etc. que formamos al
percibir la realidad.
Nuestra
capacidad de memoria viene modulada por el tipo de información que debemos memorizar y por otros procesos cognitivos,
como la percepción, la atención o la motivación. Esto explicaría
por qué recordamos unos datos más fácilmente que
otros. Por ejemplo, un niño puede acordarse perfectamente de las
características de todos los monstruos de su colección de cromos
(nombre, origen, poderes, etc.) y tener dificultades para aprenderse
las tablas de multiplicar.
El
conjunto de nuestros recuerdos se ha formado gracias a complejas
conexiones que se dan entre las neuronas del cerebro, especialmente
en el hipocampo y la corteza prefrontal.
El deterioro de la memoria
El
proceso de la memoria puede verse afectado por múltiples factores.
Entre ellos están las enfermedades degenerativas (por ejemplo, el
Alzheimer), los accidentes cerebrovasculares, los traumatismos
craneales, efectos secundarios de algunos medicamentos, períodos
prolongados de estrés, abuso de sustancias, el deterioro cognitivo
asociado al VIH, etc.
Algunos
trastornos como la depresión, el trastorno por déficit de atención
e hiperactividad (TDAH) o los trastornos de ansiedad, pueden cursar
con dificultades en los procesos cognitivos.
Por
otro lado, dentro del proceso de envejecimiento normal pueden darse
cambios en la memoria (dificultades para recordar información que
anteriormente se evocaba sin problema), el lenguaje (“lo tengo en
la punta de la lengua”) así como en la velocidad de procesamiento
(por ejemplo una mayor lentitud para realizar un crucigrama).
¿Podemos frenar el deterioro de la memoria?
Afortunadamente,
podemos prevenir y retrasar el deterioro cognitivo. Para lograrlo
debemos tener en cuenta algunas consideraciones:
- Es fundamental cuidar nuestra salud física a través del ejercicio regular, una alimentación saludable y siguiendo los consejos médicos.
- Importancia de la salud mental y emocional: la relajación, las actividades variadas de ocio y tiempo libre, disfrutar de los familiares y amigos, etc. además de ayudar a sentirnos felices, favorecen un adecuado funcionamiento cognitivo.
- Es recomendable buscar asesoramiento profesional si sufrimos estrés de manera prolongada o síntomas de ansiedad o depresión.
- Mantener una mente activa nos protege de su deterioro. Diversos estudios han demostrado que el entrenamiento y estimulación cognitiva pueden retrasar la aparición de trastornos cognitivos, así como influir en su evolución cuando ya han aparecido.Verónica LamadridPsicóloga Especialista en Intervención en Dificultades del Aprendizaje
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