PAPEL DE LA PSICOLOGÍA EN EL ENVEJECIMIENTO ACTIVO
El
concepto “envejecimiento activo” se relaciona con la capacidad
que tienen las personas mayores para “envejecer bien”. Incluye
aspectos como salud física y mental, independencia y participación
social.
Desde
la Psicología, especialmente la Psicogerontología, se ha realizado
un gran número de contribuciones a la investigación e intervención
en este campo.
En
primer lugar, se han creado programas de estimulación cognitiva
que permiten, por un lado, mejorar el funcionamiento mental, el
aprendizaje o la memoria y, por otro, compensar el deterioro
cognitivo. También se han aportados instrumentos de evaluación que
ayudan a la detección temprana de demencias como el Alzheimer.
En
segundo lugar, se ha ayudado a promover la salud emocional a través
del entrenamiento en manejo de estrés, de intervenciones
para prevenir o reducir la depresión, el entrenamiento en
habilidades sociales, programas específicos de
autoestima, salud sexual, maltrato y derechos de los mayores, etc.
En
tercer lugar se realizan actividades encaminadas a promover un
adecuado funcionamiento físico que permita mantener la autonomía
de la persona mayor.
Las
investigaciones realizadas hasta el momento apuntan a varios factores
que favorecen el envejecimiento activo:
- Llevar una vida socialmente activa: mantener relaciones frecuentes con familiares y amigos, o realizar actividades de ocio con otras personas.
- Mantenerse mentalmente activo: la lectura, los pasatiempos, participar en juegos de mesa o informatizados, ir a la compra sin una lista, realizar trabajos manuales, etc.
- Una dieta saludable: nutritiva y equilibrada, adaptada a nuestras características.
- Control de la tensión arteria, diabetes y el colesterol.
Verónica
Lamadrid
Psicóloga Especialista en Intervención en Dificultades del Aprendizaje
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